lunes, 2 de julio de 2012

Voz



Entonces escuchas tu voz narrando tu historia. Dando los comentarios omitidos en la realidad 
transcurrente. Esa voz se convierte en aquel personaje que lo ve todo, el narrador omnipresente, pero 
sólo en tu cabeza existe , hace eco, resuena, y ahí se queda.


Mientras la mirada disumula normalidad, un sin número de comentarios se oyen al interior de ti.
¿Consciencia?, ¿el diablillo y el angelito?, ¿tu otro yo?, ¿otra persona te controla? ¡Tu voz interior!--
Pensaba Camila mientras veía pasar a la gente frente a su ventana. 


Siempre estaré aquí para ti, para nadie más, escuchó, giró la cabeza y no había nadie más que ella.

En el silencio de la noche


Escucho su respiración, es acelerada. Nunca es diferente. Cierra sus ojos y se pierde en el mundo que sólo él conoce. Yo lo amo.

Recorro con mi mirada cada poro de su piel. Suena enfermo, lo sé, pero me gusta verlo dormir. Su pecho se alza y vuelve a caer con tranquilidad. Descuida su postura, como cualquier otra persona que descansa. Pero él, algo que tiene que no puedo dejar de ver.

Sus párpados están cerrados, cual cortina que cae después de una gran función.

Se enrosca, como una bolita, como un bebé.

Yo sólo veo cómo duerme. Yo lo amo en el silencio de la noche. 

viernes, 15 de abril de 2011

Tú y yo entendemos

He buscado por tiempo indeterminado las palabras exactas
las letras que describan el momento,
aquellas que formen a la perfección lo inexpresable;
ese conjunto de sentimientos y pensamientos
que invaden este cuerpo.

Entiendo que no todo ser ha de comprender esta práctica.
Me lo han demostrado.
Que aquel que olvida su naturaleza, se olvida de sí
y le es incompresible este arte.

Tú y yo lo entendemos. No hay más que explicar
no hay más que decir. Así te conocí.

Entre circunstancias adversas, se contruyen las mejores frases
pues es en esos momentos cuando el corazón es sincero
y la mente suceptible...
tú y yo entendemos.

No se necesitan códigos, la invención de un nuevo idioma
o callar siquiera ante la necesidad de expresar.
No hay más. Sólo eso.

A ti ser intangible pero real
compañero de letras,
Virtuoso en paciencia
No se canse tu alma de hacerlo

sábado, 19 de junio de 2010

Marcadas las huellas

No es que te extrañe: es que extraño la idea de ti. Porque no es como las mentes sugieren: las huellas son imborrables; basta una llovizna o que el viento decida soplar, para que se disuelvan en el agua o se confundan con el aire y desaparezcan. Sólo la tierra y los pies quedarán como testigos de que tales existieron y no volverán, convirtiéndose en eternos confidentes.

Cuantas veces se piense, cuantas veces se llegará a la misma conclusión. Si matemáticamente se analiza, el resultado siempre será el mismo. Una ausencia nunca puede ser remplazada. Los elementos recobran su firmeza, se unen entre sí para recubrir la pérdida.

No es que me hagan falta tus brazos envolviendo tiernamente mi pequeño cuerpo, me hace falta el concepto de ellos.

No es que me haga falta tu mirada, ni tu voz, ni tus palabras, o el rosar de tus labios con mi piel. No, nada de eso hace falta, hace falta la idea, tan sólo el concepto.

Porque marcadas las huellas, los pies deciden seguir.