Escucho su respiración, es acelerada. Nunca es
diferente. Cierra sus ojos y se pierde en el mundo que sólo él conoce. Yo lo
amo.
Recorro con mi mirada cada poro de su piel.
Suena enfermo, lo sé, pero me gusta verlo dormir. Su pecho se alza y vuelve a
caer con tranquilidad. Descuida su postura, como cualquier otra persona que
descansa. Pero él, algo que tiene que no puedo dejar de ver.
Sus párpados están cerrados, cual cortina que
cae después de una gran función.
Se enrosca, como una bolita, como un bebé.
Yo sólo veo cómo duerme. Yo lo amo en el
silencio de la noche.
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